viernes, 8 de junio de 2012

Piel de Gallina


Piel de Gallina
Huevos, silicona, acrílico sobre lienzo.
50 x 60 cm 





Piel de Gallina (detalle)


Piel de gallina


Recordamos que se nos pone la piel de gallina como respuesta fisiologica al frio, el miedo, el estremecimiento, y emociones o placeres intensos.

Para mi esta obra tiene cuatro lecturas diferentes: una literal, una enigmática, una erótica, y otra ecológica y en defensa de los derechos de los animales.

La literal: cuando se nos pone la piel de gallina, en la piel aparecen diminutas protuberancias, y esto es, simplemente, lo que sugieren los huevos amontonados. En algunos huevos la silicona tiene una textura que también sugiere la piel de gallina. 

La enigmática: el huevo no es la piel de una gallina, es su huevo. Pero el huevo sugiere la piel: la cáscara es como una piel, y por debajo de ésta hay incluso un integumento fino y elástico semejante a una piel también. Y aún más adentro está la misma yema que tiene una especie de piel que la protege. El huevo tiene tres pieles. Siendo una superficie, la piel sugiere su opuesto, lo profundo.  El huevo es profundo porque contiene un óvulo, la creación en potencia. Y simultáneamente el huevo es pura superficie. Esto se inspira en el célebre aforismo de Paul Valéry: Lo más profundo es la piel. 

La erótica: se nos puede poner la piel de gallina cuando experimentamos excitación sexual. Por otro lado, la obra sugiere la fecundación de una manera gráfica: huevos (óvulos) salpicados por esperma.

La ecológica: se nos pone la piel de gallina como respuesta física a ciertos estímulos como un susto, un estremecimiento, o el frío. En los seres humanos esta reacción es un mecanismo residual que ya no nos sirve pero que se puede observar en muchos otros mamíferos como gatos, perros, puerco espines, o la nutria marina. A estos mamíferos les sirve no solo para mantener el calor, pero también para crear un aspecto más amenazador en situaciones de peligro, como el que debieron ofrecer nuestros ancestros con el vello corporal erizado. Para mí, este mecanismo, como muchos otros, sirve como recordatorio de nuestra relación con los animales.

Este fenómeno se conoce como ‘horripilación’ por ser producido por un diminuto grupo muscular llamado musculus erector pili, o ‘músculo horripilante’. Me llamó mucho la atención este vocablo porque evoca lo que deben sentir las gallinas-máquinas que producen huevos en las fábricas para nuestro consumo. Es conocido de sobra las condiciones infernales en las que viven esos animales, y los sellos identificadores que se pueden ver sobre algunos de los huevos evocan otros infiernos creado por la crueldad humana.

Esta obra está dedicada a todas las gallinas que sufren para satisfacer nuestro deseo de consumir sus huevos.


Junio 2012